Quiénes somos

Componentes

La MEIM está formada por un grupo de docentes, investigadores y estudiantes de doctorado y de maestría en su mayoría activos en la Sapienza Università di Roma. Guiada en sus primeros veinte años por su fundador Italo Signorini, desde 1998 es dirigida por Alessandro Lupo.

Objetivos

La MEIM persigue entre sus objetivos la documentación, el estudio y la valorización de la cultura de los pueblos originarios de México. Además de la investigación etnográfica y la producción científica desarrolla actividades didácticas, divulgativas y museográficas.

Historia

La MEIM nació en 1973 por iniciativa de Italo Signorini (1935-1994) y con el apoyo del Ministero degli Affari Esteri. Durante los primeros veinte años las investigaciones se dedicaron a los huaves o ikoots de San Mateo del Mar (Oaxaca) y a los nahuas o maseuales de la Sierra Norte de Puebla. Después se extendieron a buen número de otros grupos etno-lingüísticos (entre ellos varias comunidades otomíes de Hidalgo, mayas de Chiapas y de Yucatán, purépechas de Michoacán etc.), así como a contextos urbanos no-indígenas.

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La homología entre el ser humano y las plantas, en particular el maíz, es un aspecto compartido por el pensamiento de muchos pueblos del área mesoamericana: una equivalencia que rige en términos tanto materiales –plantas y seres humanos poseen el mismo cuerpo— como anímicos –plantas y animales son igualmente personas.

La figura representada en el logo de la MEIM, en el centro de los largos “brazos” de la planta del maíz, es pues una mazorca que revela su esencia de persona no humana. Una mazorca que al mismo tiempo es la esencia misma del ser humano mesoamericano, su carne y su pensamiento. Esa imagen reaparece repetidamente en los motivos textiles de muchas culturas del México indígena y su significado es profundamente compartido. En esta particular versión gráfica el diseño se inspira directamente en un tejido realizado por doña Luisa Arroyo Vicenta, de la comunidad otomí de Acuautla (Huehuetla, Hidalgo).

Su nombre otomí es do mba yuni, literalmente “flor de brazos largos” o, como explica la tejedora: “flor que se abre con fuerza”, cuyos brazos pueden llegar lejos. En el centro, en el corazón de esa mazorca-persona, hay un pequeño ojo que le permite “ver”, o bien comunicarse con el mundo a través de la imaginación onírica.